Introducción general

El Espíritu eterno de Dios es la fuente de la vida espiritual del cristiano: tanto su origen como la continuación de la misma vida provienen de Él. Sin su acción constante, nunca habríamos nacido de nuevo, y sin su influencia santificadora la vida espiritual del cristiano no sería posible. La Reforma dio gran impulso al estudio del Espíritu enfatizando su obra de iluminación para interpretar y entender las Escrituras y en la aplicación de la salvación a nuestras vidas. En la doctrina de la gracia se destaca su obra en la vida de los elegidos. La regeneración y la santificación son sin duda fundamentales en la redención, pero su obra no se circunscribe sólo a éstas. Este estudio nos conducirá a considerar la bendita acción múltiple del Santo Espíritu en muchos otros aspectos de nuestra relación con Dios, para alabanza de la gloria de su gracia.